Queremos que este nuevo espacio sea un espacio habitado por personas, que este dimensionado y utilizado de tal manera que haga que al entrar en él se sientan cómodos los niños, los chicos y chicas, los profes y los padres. Este respeto a la persona es uno de los principios que está en lo más profundo del ADN de los colegios marianistas.
Un espacio de encuentro y de relación, que facilite las relaciones personales, los encuentros informales, las actividades regladas. un espacio de luz y de trasparencia.
Lo relacional se convierte en un eje vertebrador de la escuela marianista, un colegio se compone de múltiples relaciones, en ellas se va cuajando lo sustancial del hecho educativo.