Los Jóvenes Programadores del Colegio del Pilar se sumergen en el mágico efecto de paralaje

Los Jóvenes Programadores del Colegio del Pilar de Valladolid nos han sorprendido una vez más. En su reciente proyecto a través de CREATICS, han explorado el famoso y enigmático ‘efecto de paralaje’. Sí, ese encantador efecto que nos deja con la boca abierta en películas de Disney y en nuestros videojuegos favoritos.

Mediante la plataforma Scratch, nuestros brillantes estudiantes intentaron emular este efecto que crea una sensación de profundidad y movimiento. Y eso no es todo: los más experimentados en la clase ya están dando vida a un motor para un juego de plataformas inspirado en clásicos del pasado, mientras que aquellos que están puliendo sus habilidades se centraron en las coordenadas para gestionar los movimientos. Todos, sin excepción, avanzaron a su ritmo, aprendiendo y disfrutando.

Con el entusiasmo y las herramientas adecuadas, no nos queda duda de que estos jóvenes tienen un futuro brillante por delante en el mundo de la programación. ¡Bravo!

Del código a la trigonometría: cómo el efecto de paralaje enriquece la competencia matemática y la comprensión del mundo.

El proyecto del efecto de paralaje no es solo un ejercicio de programación y diseño; en realidad, está profundamente arraigado en la competencia matemática, particularmente en la trigonometría. Al intentar recrear este efecto, los estudiantes involuntariamente se sumergen en conceptos de relaciones angulares y proporcionalidad, fundamentales en la trigonometría. Por ejemplo, al variar la velocidad y dirección de los objetos según su posición relativa, están aplicando principios matemáticos para determinar cuánto debe moverse un objeto en relación con otro para lograr el efecto deseado.

Más allá de los números, este proyecto también promueve un entendimiento más profundo del mundo que rodea a los estudiantes. Al analizar y recrear fenómenos visuales que observamos en nuestra vida cotidiana, como el efecto que se ve cuando se mira por la ventana de un tren en movimiento, los alumnos se vuelven más conscientes de cómo funcionan las cosas a su alrededor. Esta conciencia no solo fomenta la curiosidad y el deseo de aprender, sino que también les hace menos vulnerables. Al comprender mejor el mundo, pueden navegarlo con mayor confianza y seguridad, equipados con el conocimiento necesario para tomar decisiones informadas y críticas.

Los Jóvenes Programadores del Pilar trabajan durante todo el curso en la actividad de CREATICS, donde no solo aprendan a programar, sino que, a través de las Ciencias de la Computación, aprenden muchas otras cosas. La tecnología como medio, no como fin.

Por si alguno se ha quedado con ganas de más curiosidades sobre el paralaje... Echa un ojo a este vídeo genial.