La importancia de los espacios en los Marianistas

La importancia de los espacios en los Marianistas

Desde la llegada de los Marianistas a España (San Sebastián) en 1887 se ha sentido la preocupación por la Arquitectura, ese arte edificatorio que según Vitruvio estaba sustentado en tres pilares fundamentales: la utilitas (funcionalidad), la firmitas (la componente estructural) y la venustas (el sentido de la belleza). La buena Arquitectura se mueve dentro de estos tres vértices y en los Colegios Marianistas de España hay ejemplos sobresalientes que manifiestan el interés por los espacios del saber. La Compañía de María adquiere en 1921 la Fundación de la duquesa de Sevillano que era un centro de formación de institutrices, para convertirse en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid diseñado por Manuel Aníbal Álvarez en estilo neogótico.

En los Colegios Marianistas de España hay ejemplos sobresalientes que manifiestan el interés por los espacios del saber.

Aula jardín, llamado así por la presencia de la naturaleza entre las edificaciones haciéndose eco de los colegios al Aire Libre.

Entre 1956 y 1964 los arquitectos Luis Moya y José Antonio Domínguez Salazar se encargaron del proyecto del Colegio Santa María del Pilar de Madrid. Se produce una simbiosis entre estos dos arquitectos ciertamente antagónicos. El primero es autor de la espectacular iglesia cubierta con un paraboloide hiperbólico de bóveda tabicada que en sí misma se ha convertido en icono del colegio. Y el segundo diseñó los modernos pabellones de reminiscencias nórdicas en los que se encontraban las aulas. Los Marianistas introducen la arquitectura docente de pabellones materializando el concepto de aula jardín llamado así por la presencia de la naturaleza entre las edificaciones haciéndose eco de los colegios al Aire Libre.

En Zaragoza los Marianistas también dejan su delicada huella arquitectónica en el colegio Santa María del Pilar (1964-1968), conocido como Canal. Se trata de otro brillante ejemplo de Escuela de Pabellones que planteaba programas innovadores basados en nuevos conceptos pedagógicos. Este proyecto se culmina con una capilla que recuerda en lo formal a la de Luis Moya en Santa María del Pilar pero estructuralmente distinta ya que José de Yarza materializa una cubierta colgada.

Luis Moya también fue el encargado del pabellón de ampliación de Nuestra Señora del Pilar de Madrid (1959) ,del pabellón que ahora recibe su nombre en Nuestra Señora del Prado en Ciudad Real (1968) y del centro parroquial en Carabanchel Alto (1966-1969). central.

Las iglesias de Luis Moya son su máximo exponente arquitectónico, donde se realiza una investigación entre la planta longitudinal y 

Otro ejemplo de arquitectura innovadora son las aulas hexagonales de Jerez de la Frontera (Cádiz) y en San Sebastián se está desarrollando el espectacular nuevo Summa Aldapeta. Las fotos y las imágenes son solo un sucedáneo de una hipótesis verificable en el lugar donde se encuentran la obras de arquitectura. Por eso, hay que visitar la arquitectura, hay que vivirla, hay que sentirla, ver cómo resbala la luz por la paredes y se funde con el entorno.

El patrimonio arquitectónico de los Marianistas se ha enriquecido con nuevas construcciones de una modernidad actualizada.

Las aulas de Infantil de Vitoria de Antonio Ruíz Barbarín suponen un paradigma de arquitectura al servicio de la pedagogía.

Escuela Infantil Marianistas, Vitoria, 2018
Antonio Ruiz Barbarín

Ver más fotos de la escuela.

Estos son ejemplos dentro de la Provincia de los Marianistas en España pero enclavado en Brasil, se encuentra el Colegio Chaminade de Bauru, que ha comenzado su andadura en el año 2020.

Desde principios de 2019 se ha desarrollando en el Colegio Nuestra Señora de Valladolid el Proyecto Ágora, concebido por Pablo Moreno y Julián Zapata nos sumamos a la arquitectura en el sentido vitruviano. Esta realidad descansa en las raíces de la tradición Marianista, estableciendo la relación como eje central de la propuesta de intervención.

La preocupación por la arquitectura de los Marianistas ha ido más allá del campo escolar como puede apreciarse en la sede de SM en Boadilla del Monte. Esta obra es del vallisoletano Alberto Campo Baeza, que estudió en los marianistas de Cádiz y que el pasado 28 de Octubre recibió la Medalla de Oro de la Arquitectura por su trayectoria profesional.

Una caja de cultura y luz, ligera, metálica, tectónica… posada sobre una caja pesada, pétrea, estereotómica.

En este recorrido se puede apreciar la sensibilidad de la Compañía de María por la Arquitectura con mayúscula, aquella que trasciende la materialidad constructiva e imprime su carácter en los usuarios que la habitan. Y estos usuarios, parafraseando al arquitecto japonés Tadao Ando, son los que dan sentido a la arquitectura, pues solo se considera completa con la intervención del ser humano que la experimenta.

 

Rafael Galán Gómez – Profesor del colegio y arquitecto