Los alumnos de 3.º de primaria se han metido en la piel de luthiers para construir sus propios instrumentos de cuerda. Después de conocer cómo suenan y cómo se tocan en la orquesta, se lanzaron a diseñar los suyos con materiales de todo tipo.
Cada creación era distinta: algunos se tocaban con arcos hechos a mano, otros a golpes, como tambores con cuerdas, y no faltaron los que usaban pizzicato, pellizcando las cuerdas con estilo. La variedad fue enorme y la imaginación, aún más. “El mío suena raro, pero raro bien”, decía uno mientras afinaba su invento.
Además de pasarlo bien, entendieron cómo se produce el sonido y por qué la vibración es clave en los instrumentos de cuerda. Entre pruebas, errores y muchos ajustes, aprendieron lo que supone ser constructor, músico y explorador del sonido, todo en uno.