En 2.º de Primaria, hemos comprobado lo que nos contaba el libro pero con las manos en la masa —o más bien en la tierra—. Hace apenas unos días metimos unas alubias en bolsas transparentes y las pegamos a la pared. Esta mañana nos ha costado ver las semillas: el tallo ha subido, las raíces se enredan buscando su sitio y hasta asoman las primeras hojas.
Descubrimos que dentro de cada semilla late toda una planta esperando su momento. Ahora entendemos mejor por qué la raíz va hacia abajo, el tallo trepa hacia la luz y las hojitas se abren como paraguas verdes. ¡Parece magia, pero es ciencia de la buena!
Así funciona
Cuando dejamos la alubia entre algodón o papel de cocina mojado, la semilla absorbe agua y “despierta”. Primero rompe la cubierta y asoma la raíz, que baja buscando más humedad y minerales. Luego sale el tallo, que sube atraído por la luz. En pocos días aparecen las primeras hojas, listas para hacer la fotosíntesis. El plástico transparente mantiene la humedad justa y nos permite verlo todo sin abrir la bolsa.