Abrimos la puerta y entró Olaf

🐾📚 Olaf se coló en nuestra clase y nos enseñó, con un par de maullidos, que cuidar de otro ser vivo es un acto de cariño y compromiso que dura toda la vida.

Abrimos la puerta y entró Olaf, el gato de nuestra compañera Erika, para convertirse en protagonista de una sesión muy especial. Reunidos en el aula, observamos de cerca su pelaje, sus bigotes y la forma en que se movía con curiosidad entre las mesas. Aprovechamos para conversar sobre qué comen los gatos, cuánto cariño necesitan y por qué su bienestar depende de nuestra atención diaria.
Compartimos la historia de Olaf, que fue rescatado tras un abandono, y reflexionamos juntos sobre la importancia de no tratar a los animales como objetos. También descubrimos qué es un chip identificativo y cómo ayuda a que una mascota perdida regrese a casa.
Mientras Olaf paseaba, aprendimos a fijarnos en su lenguaje corporal: cuándo se siente relajado, cuándo muestra nerviosismo y qué gestos debemos evitar para no asustarle. Nuestros chicos y chicas se turnaron para acariciarle con calma, practicar un tono de voz suave y comprobar que la confianza se gana con paciencia. Terminamos la sesión comprometiéndonos a cuidar y respetar a cualquier ser vivo que dependa de nosotros.

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