Viaje de 2º de Bachillerato a Italia: arte, pasta y alguna que otra aventura

Lunes, 17 de marzo - Florencia

Nuestro viaje comenzó con el despertador sonando a las 5 de la madrugada, y en Barajas, aún con sueño, emoción y expectativas por delante, arrancamos nuestra aventura italiana. Tras un vuelo sin incidentes, llegamos a Florencia con tiempo para dar un paseo relajado y familiarizarnos con la ciudad. Pizza para cenar, obviamente, porque si estás en Italia, ¡hay que hacer honor a sus tradiciones!

Con mochilas y maletas, el grupo espera en la T4 del aeropuerto, preparados para embarcar rumbo a Florencia. 

Martes, 18 de marzo - Florencia (con frío polar)

El martes Florencia nos recibió con una dosis extra de frío polar. Abrigados hasta las cejas, visitamos la impresionante cúpula de Brunelleschi en el Duomo, que por cierto, tardó casi 140 años en construirse y es la cúpula de ladrillo más grande jamás edificada. Por la tarde, nos adentramos en el fascinante Museo Interactivo de Leonardo da Vinci. Allí, los alumnos pusieron a prueba su ingenio (y sus músculos) intentando hacer funcionar las máquinas ideadas por este genio renacentista.

Como broche de oro, visitamos la Basílica de Santa Croce, donde descansan figuras ilustres como Galileo, Michelangelo, Maquiavelo y Dante. Posamos para la foto sentados en las escalinatas, con cara de haber aprendido mucho… y también de tener muchas ganas de cenar. En el hostel nos esperaban unos macarrones de sabor «sorpresa», que clasificamos entre «tomate». Otro día nos toco «algo parecido al pesto».

Sentados en las escalinatas de la majestuosa fachada de mármol blanco y verde, el grupo descansa tras la visita. Esta iglesia es conocida por albergar las tumbas de personajes ilustres como Galileo, Michelangelo y Maquiavelo.

Miércoles, 19 de marzo - Siena y an Gimignano y el mejor helado del mundo

El miércoles visitamos Siena, una ciudad que conserva perfectamente su encanto medieval. Tras un paseo por el casco histórico y disfrutar de unas vistas maravillosas desde el mirador, nos dirigimos hacia San Gimignano, famoso por sus torres medievales. Pero, sobre todo, este pueblo será recordado porque nos encontramos con el mismísimo Dante. O al menos eso decía él. Este personaje vestido de época recitó para nosotros fragmentos de la Divina Comedia desde un jardín, mientras nos preguntábamos entre risas si había perdido algún tornillo.

Además, aquí comprobamos en persona si era cierto el anuncio de la heladería que decía tener «el mejor helado del mundo». El veredicto: puede que sí, puede que no.

El grupo observa las vistas hacia el casco histórico de Siena, con la silueta de la catedral al fondo. El cielo despejado y el ambiente soleado reflejan uno de los días más agradables del viaje.

Jueves, 20 de marzo - Pisa (fotos inevitables)

En Pisa disfrutamos del clásico paseo turístico por la Piazza dei Miracoli, admirando la Catedral, el Baptisterio y por supuesto, haciendo la obligatoria foto sujetando la Torre inclinada. Un dato curioso: la torre comenzó a inclinarse casi desde el inicio de su construcción, hace más de 800 años, debido al suelo inestable. Por suerte, no se cayó durante nuestra visita. Por la tarde regresamos a Florencia para despedirnos con una buena cena todos juntos en un restaurante.

El grupo camina hacia el conjunto monumental de Pisa, con el Baptisterio, la Catedral y la Torre inclinada en perfecta alineación. Un clásico del viaje a Italia.

Viernes, 21 de marzo - Regreso y aventura

Terminamos el viaje en el Piazzale Michelangelo, contemplando un atardecer espectacular sobre Florencia, con vistas dignas de postal. Cinco días de frío, pasta, pizza, helado y mucha cultura que quedarán en el recuerdo de todos los alumnos. Una experiencia genial, divertida y llena de anécdotas que seguro contarán una y otra vez. ¡Hasta pronto, Italia!

El regreso, como en toda buena historia, vino con algo de suspense. Nuestro vuelo salió con dos horas de retraso y, para añadir emoción al asunto, tres maletas decidieron prolongar sus vacaciones italianas. Entre ellas, la de Manu Castrillón, llena hasta arriba de delicias culinarias italianas. Afortunadamente, ya está localizada y pronto llegará a Valladolid, aunque no sabemos si aún en condiciones de ser disfrutada… ¡o no!

El grupo posa con la clásica panorámica de Florencia al fondo, con la cúpula de Brunelleschi y el campanario de Giotto perfectamente visibles. Es el lugar ideal para capturar la esencia de la ciudad con un atardecer cálido y un aire relajado tras varios días de visitas.

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