¡En el tercer día hemos enfrentado a la montaña y a la lluvia! 🌧️🧗♂️ Hemos aprendido sobre el biotopo, visitado el Parque de la Prehistoria de Teverga y terminado el día con una fiesta. ¡Un día muy completo! 🎉👟
Al final hemos descansado un poco más, aunque algun@s han tenido que ser despertad@s cuatro veces, ya empieza a pesar el cansancio…
Hoy sí que hemos sido unos auténticos valientes: no hemos cambiado los planes a pesar de la previsión de lluvia de la tarde, os cuento:
Primero hemos comenzado una ruta por la montaña ascendiendo hasta unos 800 m (imaginad la cantidad de veces que hemos escuchado si faltaba mucho, me duele el pie, no puedo más, tengo una herida, cuándo llegamos…) para ir observando cómo es el biotopo de la montaña, tanto de la zona limítrofe con la media montaña como de alta montaña: además, cada vez que nuestros monitores veían algo interesante, hacíamos una parada para verlo y aprender un poco más.
La ruta, que parecía que nunca dejaba de ascender, también descendía, y en este punto hemos sido precavidos para evitar al máximo las caídas y culadas, pero no hay bajada sin resbalones, alguno teníamos que tener, ¿verdad? Han sido leves y lo único que nos ha dolido ha sido el orgullo.
Nuestra ruta ha tenido una parada en el Parque de la Prehistoria de Teverga, allí hemos comido, comprado recuerdos, helados, otro helado… El parque es un museo muy interesante que alberga réplicas de cuevas relacionadas con el arte paleolítico.
Tras el parque, tocaba seguir andando hasta el albergue, y, a pesar de la lluvia, nos hemos colocado las capas impermeables (parecíamos un ejército de minions, fantasmas amarillos, patatas fritas…), hemos visto caballos Przewalski, gamos, bisontes, y hemos terminado la ruta sanos y salvos, calados y cansados.
Tenemos que decir que hoy las chicas se han vuelto a duchar primero, han sido más rápidas que los chicos, y ahora se están acicalando (entre skin care y gloss, ¡¡¡no damos abasto!!!) tanto ellas como ellos para ir, después de la cena, a la fiesta.
Parecíamos un ejército de minions, fantasmas amarillos, patatas fritas...
Enfrentarse a la caminata y las condiciones climáticas ha fomentado la resiliencia, el trabajo en equipo y la capacidad de superar retos, habilidades fundamentales para su desarrollo personal