De Portomarín a Palas de Rei: 25 km
67,9 km a Santiago
La barrendera
Saltamontes vio una nube de polvo. –Limpio, limpio, limpio—decía una mosca, que estaba barriendo el camino—Mi escoba y yo dejaremos este camino todo lo limpio que se pueda.
–Mosca –dijo Saltamontes—el camino no está muy sucio.
–Tiene demasiado polvo –dijo la mosca—Está cubierto de piedras y palos y otras porquerías. Mi escoba y yo las quitaremos todas.
La mosca siguió barriendo. -Un día estaba en casa, sin gran cosa que hacer—dijo la mosca- Vi una mota de polvo en la alfombra. Recogí la mota de polvo. Cerca de ella había otra mota de polvo. Recogí esa también. Cerca de esa mota de polvo había otra mota de polvo. Corrí a coger la escoba. Barrí todo el polvo que había en la alfombra. Entonces vi una pizca de suciedad. Cerca de ella había otra pizca de suciedad. Y cerca de esa había otra pizca de suciedad. Con la escoba barrí toda la suciedad que había en el suelo. Limpié la casa entera de arriba abajo. Incluso lavé las ventanas. Después de lavarlas miré fuera. Vi el sendero de mi jardín. Había guijarros feos en el sendero de mi jardín. Salí rápidamente con la escoba. Barrí todos los guijarros. Al final del sendero estaba la puerta del jardín. Estaba cubierta de barro y musgo. Fregué todo el barro y el musgo que había en la puerta. Abrí la puerta y salí a este camino sucio y polvoriento. Cogí la escoba y me puse a barrer, y barrer, y barrer el camino – dijo la mosca.
–Has trabajado de firme –dijo Saltamontes—creo que deberías descansar un rato.
–No, no, no –dijo la mosca- nunca descansaré. Me lo estoy pasando estupendamente. ¡Barreré hasta que el mundo entero esté limpio, limpio, limpio!
El polvo se le estaba metiendo en los ojos a Saltamontes. De modo que dijo adiós a la mosca y siguió camino adelante.
- ¿Qué actitudes de nuestra sociedad o de nuestro entorno nos recuerda esta historia
- ¿Te has sentido alguna vez como la mosca, ante una tarea inacabable?
- ¿Te consideras perfeccionista? ¿Cómo te sientes junto al alguien perfeccionista?
- ¿Crees que podemos conseguir que todo el mundo sea como nosotros queremos?
- ¿Podemos llegar a molestar a alguien con nuestro perfeccionismo?
Llegaron a Jericó. Más tarde, cuando Jesús salía de allí acompañado por sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Cuando se enteró de que era Jesús el Nazareno quien pasaba, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él gritaba todavía más fuerte: !!Hijo de David, ¡ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y se acercó a Jesús. Jesús, dirigiéndose a él le dijo:-¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al momento recobró la vista, y le siguió a Jesús por el camino.
Mc 10,46-52
Te pedimos, Dios Padre, que seamos perseverantes
en nuestras responsabilidades.
Te pedimos, Dios Padre, ilusión para afrontar la tarea;
pero también visión para saber que no todo depende
de nuestras fuerzas.
Te pedimos que este Camino que hoy comenzamos nos
ayude a conocernos mejor a nosotros mismos, a los compañeros
y también a Ti.